1-0: KO copero
El Espanyol cae por la mínima en la segunda ronda de la Copa ante un animoso At. Baleares
El Espanyol salió del Estadi Balear con una enorme decepción en el ánimo. La derrota por la mínima dolió a técnicos y jugadores en el partido que ha cerrado el paso a la siguiente ronda de la Copa del Rey. El equipo estaba avisado de lo que se encontraría y se fue con un gol en contra al principio de la segunda mitad que no pudo remontar.
Desde el primer minuto todo apuntaba a un partido muy controlado, tosco, trabado, sin concesiones ni ventajas. Los dos técnicos se conocen extraordinariamente bien y no tienen secretos. Como si fuera una partida de ajedrez todo sería un intercambio de golpes sin pocas sorpresas, salvo que apareciera alguna genialidad individual para cambiar el guion o un error que rompiera el equilibrio.
El At. Baleares, cerradito atrás y a buscar la espalda de la defensa catalana. Para eso tenía la velocidad de Àxel y la llegada un poco más atrás de Tovar, el pichichi del equipo, con 11 goles en 13 partidos disputados (doce con el de esta noche). Y a la hora de defender, dos líneas muy juntas, con hasta nueve jugadores separados por un puñado de metros y constantes ayudas. Con esos mimbres, Luis Blanco, técnico local, ha colocado al equipo tercero, a un punto del líder, y con firmes opciones de seguir escalando en la clasificación de su grupo de la Segunda RFEF.
En ese contexto, a los blanquiazules les tocaba tirar de paciencia para encontrar el mínimo resquicio en el entramado defensivo local. Salinas se encontró con el cuerpo del meta local en una salida desesperada al poco de comenzar.
Un minuto más tarde, Roca lo intentó con un chut que salió rozando el poste izquierdo. El partido entró entonces en un ‘impase’ que duró hasta que Jofre, cerca del descanso, volvió a rozar el poste de la meta local después de un pase en profundidad de Roca.
Tras el descanso, llegó el mazazo para los blanquiazules después de que Edu Expósito intentara sorprender al meta local con un lanzamiento desde el medio del campo. El Espanyol mantenía el control y todo apuntaba a que solo faltaba convertirlo en efectividad en ataque. Sin embargo, Tovar, incisivo e intuitivo toda la noche, aprovechó una pelota muerta dentro del área pequeña para superar a Àngel Fortuño. Era el 1-0 y el partido se ponía donde soñaba el equipo local. Tocaba remontar. Pero no pudo ser. Los cambios introducidos por Manolo González le dieron más profundidad e intensidad al equipo. El equipo, por momentos, cercó la meta local, pero apenas consiguieron ninguna ventaja ante la poblada defensa del At. Baleares. Le exigua renta le valió a los locales y la decepción absoluta se reflejó en el rostro de los blanquiazules.
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