0-1: La cuarta consecutiva en liga
Un gol de córner de Cabrera sirve para sumar una nueva victoria a domicilio
Lo había avisado Manolo González en la previa y se cumplió a rajatabla. El Getafe tiene tan bien aprendido su papel, su estilo, su identidad que lo reflejó en el campo desde el comienzo. Y, por eso, casi desde el saque inicial, con el balonazo que Edu Expósito mandó al cielo, se pudo comprobar que los locales no variarían su papel, que las verían venir, que se replegarían todo lo que fuera necesario y que esperaban su momento en ataque. Saben que, mucho de su éxito pasa por anular al equipo rival, asfixiarlo con un juego tosco, de contacto permanente, de lucha y pelea incómodas. En definitiva: tocaba asumir que pasarían minutos y minutos de juego trabado, espeso, atragantado, poco brillante y sin la continuidad necesaria para encontrar resquicios. Objetivo: ni un segundo de margen ni un centímetro de separación. Con ese panorama, a los blanquiazules les tocaba no caer en esa pegajosa telaraña y, aunque lo buscaron, les faltó el acierto y la inspiración en los metros finales. De hecho, en la primera mitad, solo tres acciones tuvieron un mínimo de incertidumbre. La primera, un remate de Kike García que acabó anulado por fuera de juego. Poco después un cabezazo de Cabrera, en el tumulto del área local, que se escapó por encima del larguero. Y para acabar, la única aproximación del Getafe con un chut de Mario Martín, cerca del final de la primera mitad, que se escapó muy alto.
Con las tablas en el descanso, la segunda mitad se presentaba con la misma incertidumbre. Sólo faltaba saber quién se manejaría mejor en ese ‘fango’. Y el primer aviso, al poco de comenzar, lo dio Edu Expósito con un remate al borde del área al que respondió David Soria con agilidad.
Poco después Cabrera volvió a intentarlo de cabeza y David Soria volvió a emplearse a fondo para enviar la pelota a córner. Y en el saque de esquina, esta vez sí, Cabrera, de cabeza, superó al meta local. Era el 0-1 que premiaba la osadía blanquiazul. La reacción de Bordalás fue inmediata: tres cambios para dinamizar el ataque local. No obstante, el buen trabajo de la defensa blanquiazul junto a un seguro Dmitrović bajo palos consiguieron mantener el resultado y sumar la cuarta victoria consecutiva el liga para los de Manolo González.
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